"Las personas con frecuencia temen lo peor cuando se trata de su propia salud, al mismo tiempo que mantienen una objetividad calmada respecto a los demás", apunta Dengfeng Yan, coautor de la investigación. Ante los mismos síntomas, “las personas sobreestiman sus propias probabilidades de contraer enfermedades raras (y con frecuencias graves) en comparación con las otras personas", agrega.
En el estudio participaron unos 250 estudiantes universitarios que recibieron información sobre la gripe, el VIH, la osteoporosis y el cáncer de mama. Ellos tuvieron que imaginar que tenían una serie de síntomas (tos, fiebre, resfrío) y les preguntaron si pensaban que tenían la gripe "normal" o la más "preocupante" (porcina H1N1). Cuando se referían a sus propios síntomas se autodiagnosticaban la cepa más rara con más frecuencia que si pensaban que los síntomas eran de otra persona.
"Explicamos estos efectos usando el concepto de distancia psicológica", señaló Yan. Con la distancia, las personas tienden a depender de información más amplia, como estadísticas (o sea, las probabilidades de que una persona dada contraiga la enfermedad X) y menos de información específica del individuo, como los síntomas que presenta.
Para tener una opinión local sobre los resultados, Entremujeres consultó a la doctora Cecilia Nine, médica clínica del Hospital Alemán. “El hecho de que uno exagere con pesimismo ante los mismos síntomas que relativiza o subestima en otro, o viceversa, depende de las características de la personalidad del paciente. Existen pacientes ansiosos, hipocondríacos, por un lado, y pacientes negadores o sin conciencia de enfermedad, por el otro”, detalló.
Según la doctora, hay personas que investigan en la Web cuando notan discrepancias entre los distintos profesionales a los que acuden, es decir, por desorientación ante la disparidad de criterios y de conductas. “Cuando el paciente abre sus análisis de rutina y comienza a comparar los valores obtenidos contra los de referencia, cualquier variación es motivo de intranquilidad”, continúa. Y detalla: "La enfermedad más buscada es el cáncer, aunque no se presenten ninguno de sus síntomas: la explicación es el miedo inconsciente a padecerlo".
¿Es confiable la información que circula en la Web? "Es variable según el origen de la misma pero, más allá de la rigurosidad científica de la fuente, está el sistema de creencias y la capacidad de comprensión del paciente, relacionado a la edad y la preparación intelectual", responde Nine y sugiere consultar siempre a un médico, que debe ser el decodificador y el tamizador de la información, para adaptarla a la comprensión del paciente. "En realidad, todo ser humano necesita a otro ser humano para que lo contenga”, concluye.
una practica muy comun hoy en dia, debo confesar que muchas veces lo he hecho y con un poco de lectura ya creemos saber mas que los doctores, y uno termina mas asustado casi siempre creyendo que tiene cosas mas graves.
ResponderEliminarEs muy cierto que en la actualidad las personas hacen esto. Se debe tener mucho cuidado porque a veces las personas lo hacen para si mismas, pero hay personas que lo hacen hasta con los niños y es peligroso.
ResponderEliminarMuy interesante el concepto de distancia psicológica. Como lo dice el artículo, las diferentes personalidades y trastornos de las personas hacen que estas sean o no susceptibles a la información en Internet.
ResponderEliminarCreo que todos hemos hecho eso de investigar en la internet sobre algunos sintomas que estemos presentando. Es interesante como aveces le creemos mas a lo que esta en internet que al mismo medico o nos conformamos con ese tipo de informacion que muchas veces no es confiable.
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